En las artes marciales la práctica de la meditación es esencial para el crecimiento externo e interno del practicante y para ello, Danitze Velasco, Monja Zen, nos comparte una sencilla pero enriquecedora colaboración sobre estos grandes aspectos.
Antes que nada: ¿Qué significa ser una Monja Zen?
Siempre que me hacen esta pregunta sé que están esperando algún tipo de respuesta que contenga alguna especie de sabiduría especial o elevada; sin embargo, yo siempre digo que no hay una respuesta definitiva a esta pregunta y cada monje te puede contestar de una manera distinta, es como preguntarle a alguien ¿qué significa ser tú, qué significa ser Paco o María o Luis o qué significa estar vivo? es algo que sólo puede saberse en el momento en que se recibe la pregunta y que se va modificando en el transcurrir de la vida.
Hace un tiempo decidí volverme monja porque supe internamente que no existía ninguna otra forma en que yo quisiera vivir, hoy no concibo la vida más que a través del zen; como una expresión de mi ser, no lo siento separado de mí, y tomar los votos y seguir una vía espiritual es un camino, pero es un camino que descubro día con día, poco a poco, conforme la vida se me presenta. No tengo todas las respuestas porque ni siquiera yo soy la misma persona que era ayer; uno cambia y aprende y se modifica todo el tiempo, no me considero especial o diferente, como toda la gente, estoy aprendiendo a vivir, pero ahora tú te preguntarás: ¿Qué es el zen?
Zen y Zazen
El zen no se puede explicar con palabras, se remonta a una experiencia y la forma en la que se expresa es a través de todo tu ser, mediante Zazen (meditar sentado). La técnica y realización de esta práctica ha sido transmitida sin interrupción desde hace más de 2500 años, de maestro a discípulo, formando un linaje que perdura hasta nuestros días.
El Zen no es una religión, si bien deriva de una, que es el budismo. Es más bien una filosofía de vida con un enfoque de atención plena al momento presente, en el aquí y ahora, extendiendo así la experiencia meditativa a cualquier momento en nuestra vida cotidiana.
Por ello, la práctica del Zen puede ser realizada por cualquier persona a cualquier edad, sin distinción de etnia, género, condición social, ideología política o religiosa.
El Zen no es una ensoñación de la vida, no es apartarse del mundo y vivir en una cueva alejado de todos. El Zen es descubrir nuestra condición normal, nuestra naturaleza humana antes de la palabra y antes del pensamiento, es poder integrar nuestro cuerpo, espíritu y mente en cada acción que realizamos.
Cuando hacemos Zazen nos sentamos en silencio, adoptamos la postura de meditación y dejamos emerger todos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, las sensaciones se agudizan, la intuición emerge, cortamos por un momento con la actividad externa para presenciar por primera vez la actividad interna.
Artes Marciales y Zen
Si te preguntas qué relación puede tener zazen con las artes marciales, te diré que zazen puede ser la base de todo tu entrenamiento, pero para la vida.
El maestro Deshimaru decía que “durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.
“EL REFLEJO DE LA LUNA EN EL RÍO ESTÁ SIEMPRE EN MOVIMIENTO; SIN EMBARGO, LA LUNA EXISTE Y NO SE VA DE AHÍ…”
…Se queda, pero se mueve. En un poema muy corto sobre el secreto del Zen y de las artes marciales, y un gran koan (problema a resolver mediante la meditación).
LA CORRIENTE DEL AGUA NO VUELVE NUNCA HACIA ATRÁS. EL AGUA PASA, PASA… PERO LA LUNA NO SE MUEVE.
Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el cuerpo y el tiempo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve jamás.
Durante zazen, cada una de nuestras inspiraciones y expiraciones es la de ahora, y no vuelve nunca. Es posible rechazar la respiración, pero la de ahora no es la de antes. La respiración de después no es nunca como la de antes. Ayer era ayer. Hoy es hoy. Es diferente.
Yo digo siempre que debemos concentrarnos “aquí y ahora”, crear “aquí y ahora”. El deporte y las artes marciales son diferentes. En el deporte hay tiempo. En las artes marciales no hay más que el instante. En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no-victoria, la vida o la no- vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.”
Hablar del Zen es como intentar describir a qué sabe el helado de chocolate, es algo que sólo tú puedes experimentar probándolo.
Estamos por abrir un grupo de práctica en meditación Zen, lunes y miércoles de 7:30 a 8:30 a.m. en JIPDO CES-WUSHU, calle José T. Cuellar 109, Col. Obrera, Ciudad de México, Informes al número telefónico 57410041 y vía correo electrónico a la dirección dovelascog2@hotmail.com. Te esperamos.
Colaboración e imágenes de Danitze Velasco, Monja Zen.
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