Con la ilusión de llegar a Juegos Olímpicos, la karateca subcampeona panamericana en Lima 2019, Alicia Hernández López continúa con su entrenamiento en casa, en su natal Jalisco, ante la emergencia sanitaria por COVID-19, donde realiza sesiones de acondicionamiento físico y combate.
“Seguimos entrenando y preparándonos, tengo la ventaja que por donde vivo está nuestra escuela de karate, donde sigo con mi rutina normal. Ahorita física y técnicamente estamos trabajando duro, sobre todo más en lo físico para tener una buena forma, y a mediados de agosto, empezamos con las cuestiones técnicas, para (que) cuando se reactiven todas las competencias estar en buena forma deportiva.
“Todas las mañanas nos mandan el trabajo que se va a realiza día a día, cada determinado tiempo nos monitorean para saber cómo vamos y cómo estamos en cuestión de pesaje, pero todo el equipo está entrenando fuerte”, detalló la jalisciense.
Además de trabajar en sus entrenamientos, la especialista en los 50 kilogramos kumite, aprovechó esta inactividad para recuperarse satisfactoriamente de una lesión.
“En lo personal fue un respiro porque le di más tiempo de recuperación a mi lesión, tuve una ruptura parcial de menisco, y esta cuarentena me permitió darle ese espacio y atención, porque era desesperante tener los eventos encima y no estar al cien”, comentó.
Hernández López afronta su primer ciclo olímpico con mucha responsabilidad, ya que dice que el representar al país en eventos internacionales es una experiencia que la llena de orgullo.
“Siempre es un orgullo representar a tu país en eventos internacionales, pero estar presente en el ciclo olímpico, eso es más emocionante, lo enfrentas con mucha responsabilidad, con mucha disciplina porque todos los eventos son muy bonitos”, indicó.
Finalmente, la seleccionada nacional recordó el momento que ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
“Esa medalla fue el resultado de mucho trabajo, tiene un significado muy especial, porque fueron años el estar ahí, esperando esa oportunidad y gracias a Dios fue de manera positiva. En Toronto me tocó verlos en mi casa, y en 2011 que fueron en Guadalajara, ahí me di cuenta que quería estar en unos juegos y que podía hacer cosas grandes”.
Con información y foto de CONADE.
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