Luego de realizar estudios in vitro e in vivo en un modelo animal, la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Lesslie Espinosa Espinosa, comprobó que la cáscara de mango de la variedad Ataulfo contiene compuestos que poseen propiedades cicatrizantes, además de tener actividad antibacteriana, antioxidante y antifúngica.
Con esta base y a partir de esta materia prima considerada desecho en la industria alimentaria, obtuvo un extracto para sanar heridas agudas superficiales en menor tiempo que el requerido en una remodelación natural.
En este trabajo, la doctorante de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) fue asesorada por los investigadores Leticia Garduño Siciliano, de la ENCB, y Marco Aurelio Rodríguez Monroy, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (FES UNAM), quienes ayudaron a Lesslie Espinosa a dilucidar las propiedades de los compuestos fenólicos contenidos en la cáscara del fruto.
La científica explicó que, para obtener el extracto, primero retiraron la cáscara del mango y le quitaron la mayor cantidad de pulpa para ponerla a secar, para luego someterla a un proceso de maceración con un solvente para extraer los compuestos fenólicos y, finalmente, realizar diversos procesos de filtración hasta obtener el extracto crudo.
Precisó que una vez obtenido el extracto, lo evaluaron in vitro y probaron su actividad antimicrobiana, antifúngica y antioxidante, para probarlo en un modelo murino (ratones cepa CD1).
La investigadora detalló que realizaron una incisión a los roedores para simular una herida quirúrgica, y le aplicaron el extracto disuelto en gel al 10% durante 14 días, y durante ese tiempo realizaron evaluaciones cotidianas.
“De manera natural la remodelación de una herida, la cual incluye las dos primeras capas de la piel, se realiza entre 14 y 30 días. En el modelo animal comprobamos a nivel macroscópico que a partir del día 8 o 9 la herida ya estaba cerrada, pero al realizar el estudio histológico determinamos que las dos capas estaban completamente cerradas en el día 11, por lo que concluimos que el extracto coadyuva a la cicatrización de piel en menor tiempo que el que lleva el proceso natural sin complicación de alguna infección”, advirtió.
La estudiante de doctorado indicó que posiblemente el siguiente paso será establecer pruebas para determinar la toxicidad del extracto y continuar con estudios a niveles preclínicos con el propósito de conocer su seguridad y se realizarán pruebas clínicas en pacientes, para un posible tratamiento.
Finalmente, Lesslie Espinosa mencionó que el extracto no mostró ningún efecto adverso en la prueba de toxicidad aguda implementada en el modelo animal (Ratas Wistar), por lo cual el grupo de investigación tiene la posibilidad de seguir realizando estudios que repercutan en el cuidado de la salud de la población.
Foto: Sendero Artes Marciales.
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